Por Redacción Doctor Vago.
Diciembre es, para la mayoría de los aspirantes al ENARM, el mes más difícil para estudiar. Las guardias se acumulan, el año termina, hay posadas, viajes, reuniones familiares y momentos de cansancio profundo que se han ido acumulando durante los últimos once meses.
Y justo ahí aparece una sensación común: culpa por no estar avanzando “como deberías”.
La buena noticia es que no tienes que estudiar como si fuera junio. De hecho, no es realista ni necesario. Diciembre no es un mes para generar aprendizaje masivo: es un mes para mantener el ritmo mínimo, proteger tu salud mental y preparar el terreno para arrancar fuerte en enero.
En este post te explico cómo hacerlo sin frustración y sin perder tu progreso.
Diciembre es un mes atípico.
Tu energía baja, tu atención disminuye y tu calendario se llena sin que tú lo controles.
Y eso está bien.
El problema no es “estudiar poco”.
El problema real es cuando diciembre te lleva a pausar por completo y luego te cuesta semanas retomar el ritmo en enero.
Tu objetivo este mes es simple:
Si mantienes el hábito mínimo, aunque sea leve, en enero podrás acelerar sin sentir que comienzas desde cero.
Muchos aspirantes se frustran porque quieren estudiar en diciembre con la misma intensidad que en meses normales o de alta productividad.
Intentar eso solo genera:
agotamiento
sensación de fracaso
desconexión total del hábito
pensamientos de “ya no voy a poder”
Tu objetivo en diciembre no es la intensidad.
Tu objetivo es la persistencia estratégica.
El objetivo del mes no es “cubrir módulos completos”, sino mantener el hábito sin sobrecargar tu agenda ni tu mente. Aquí está una estructura práctica que sí funciona:
Define una mínima dosis diaria que puedas cumplir incluso en días complicados:
Responder 10 preguntas del QBank
Revisar 1 página del manual
Ver un video corto de un tema clave
Repasar una lista de diagnósticos importantes
Esto mantiene tu mente conectada con el examen sin exigir demasiado.
Diciembre es perfecto para contenidos de alto rendimiento como:
algoritmos diagnósticos
errores frecuentes
palabras clave
diagnósticos diferenciales comunes
manejo inicial
No abras temas enormes (nutrición enteral, nefritis compleja, hipertensión secundaria, etc.).
Deja eso para enero–abril, cuando tu mente tiene mayor capacidad de procesamiento.
Si vas a viajar o tienes compromisos familiares inevitables, date permiso de no estudiar por 5–7 días.
No retrasa tu preparación.
No afecta tu resultado final.
De hecho, mejora tu adherencia a largo plazo.
El ENARM es una maratón, no un sprint.
Este mes, aunque el estudio no sea intenso, te permite avanzar en áreas clave que muchos descuidan:
Ajustar tiempos, realinear objetivos y definir metas para enero.
Revisa tus últimos exámenes o preguntas falladas.
El análisis vale más que horas de estudio desordenado.
Manual, videos, resúmenes, calendario, apps.
Tener claridad te ahorrará mucho tiempo después.
Llegar al ENARM desgastado es un error grave.
El descanso estratégico es parte del rendimiento académico.
Estas ideas pueden ayudarte a mantener estabilidad emocional:
Lo que ves en redes no refleja el progreso real de nadie.
Estudiar 20 minutos cada día por 20 días rinde más que estudiar 8 horas un solo día.
Cada miniestudio cuenta.
Acaba diciembre sabiendo que avanzaste, aunque fuera poco.
El ENARM se define por lo que haces de enero a septiembre.
Diciembre es solo el calentamiento.
Diciembre puede sentirse pesado, lento y frustrante, pero no es un mes perdido.
Es un mes para ajustar, repasar, mantener, descansar y prepararte.
Si logras mantener el motor encendido, aunque sea con una marcha baja, enero será completamente diferente.
Comenzarás con claridad, energía y dirección.
Recuerda: en el ENARM no gana quien nunca cae, sino quien siempre retoma.
Y diciembre es el mejor mes para practicar ese músculo.
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