Por Redacción Doctor Vago
Prepararte para el ENARM puede sentirse como escalar una montaña: larga, exigente y, a veces, solitaria. Todos los que hemos pasado por ese proceso cometimos errores, y muchos de ellos se pueden evitar si sabes en qué fijarte desde el principio.
Hoy quiero compartirte los errores más comunes que yo mismo cometí al prepararme para el ENARM, y cómo puedes corregirlos antes de que te cuesten tiempo o frustración.
Cuando comencé a estudiar, mi plan era básicamente… no tener plan. Abría el temario y estudiaba lo que me parecía más fácil o interesante.
El problema es que el ENARM no evalúa lo que “te gusta”, sino lo que más se pregunta y lo que mejor dominas bajo presión.
Qué hacer distinto:
Empieza por un plan estructurado, donde cada semana tenga metas específicas. Prioriza los temas de alta frecuencia (cardiología, gineco-obstetricia, infectología, urgencias) y distribuye tu tiempo de manera proporcional a su peso en el examen.
Durante meses creí que la clave estaba en leer más veces los resúmenes o los libros. Pero cuando llegaba a un caso clínico, no sabía qué hacer con toda esa información.
El ENARM no premia la memoria, premia el razonamiento clínico.
Qué hacer distinto:
No te limites a leer: piensa como médico. Analiza síntomas, correlaciona hallazgos, decide qué harías si tuvieras al paciente frente a ti.
Por eso en nuestros cursos trabajamos casos clínicos con retroalimentación en vivo: es la mejor manera de aprender a razonar bajo presión.
Mi primer simulador lo hice dos semanas antes del examen. Resultado: fue un desastre. Me di cuenta de que no sabía administrar mi tiempo ni manejar la fatiga mental.
El ENARM no solo mide conocimiento, también resistencia cognitiva.
Qué hacer distinto:
Empieza a hacer simuladores tipo ENARM desde temprano, aunque falles. Cada error te enseña algo nuevo y te prepara para el examen real.
Uno de los mayores enemigos del estudiante es la curva del olvido. Si no repasas, en 3 semanas ya habrás olvidado más del 70% de lo que leíste.
Qué hacer distinto:
Aplica la repetición espaciada: repasa cada tema a los 7, 21 y 45 días. Puedes usar apps o simplemente un calendario en papel, pero el secreto está en la constancia.
Nadie habla lo suficiente del peso emocional del ENARM. Sentir ansiedad, frustración o miedo al fracaso es normal. Pero ignorarlo puede sabotearte más que no saber una pregunta.
Qué hacer distinto:
Incluye el cuidado mental como parte de tu preparación. Duerme bien, haz ejercicio, busca apoyo en otros médicos que estén pasando por lo mismo.
Y recuerda: reprobar no define tu valor como médico; lo importante es aprender de cada intento.
Prepararte para el ENARM no se trata solo de estudiar más, sino de estudiar mejor.
Si logras evitar estos errores, estarás varios pasos adelante del promedio y llegarás al examen con claridad, enfoque y confianza.
Y si quieres que te acompañemos paso a paso en ese proceso —con calendario, simuladores y casos clínicos guiados— puedes unirte a nuestro curso:
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