Cómo utilizar las prácticas de atención plena para dejar de procrastinar  #ENARM

consejos estudio Feb 02, 2021

Por: Redacción Dr. Vago

¿Ya cumpliste con todo lo que te propusiste al despertar? ¿Lograste cumplir con todas tus actividades o preferiste posponer pendientes para otro momento? Al procrastinar, logramos elegir de manera voluntaria y consciente, no realizar una actividad sabiendo que esto resultará ser una mala idea en un futuro. ¿Pero cómo logramos evitar esta “irracionalidad voluntaria”? Comprendiendo y manejando la procrastinación mediante un proceso de atención plena o “mindfulness”.

 

¿Cómo comienza la procrastinación?

El proceso de procrastinación inicia a partir de sentimientos y/o emociones negativas asociadas a una actividad particular que uno buscará postergar de manera consciente o inconsciente. El miedo a cometer errores, la frustración al fracaso y el aburrimiento al proceso, son las principales emociones negativas asociadas a evitar realizar una tarea.

 

De manera inconsciente, uno se autosabotea buscando distracciones para desplazar la atención  en acciones irrelevantes; tales como, la búsqueda de tendencias en redes sociales, la revisión imparable del correo electrónico, en el escaneo de noticias de última hora o en terminar un último capítulo de nuestra serie favorita.

 

Los pensamientos que tenemos acerca de la procrastinación exacerban los sentimientos de angustia y estrés, lo que genera un ciclo vicioso de mayor procrastinación.

 

¿Cuál es la solución…? ¡Atención plena!

La atención plena o “mindfulness” busca la autoconciencia del cuerpo en espacio, tiempo y persona por lo que se mantiene como una herramienta fundamental para el bienestar emocional y para mejorar toda función cognitiva. Mindfulness enfatiza la conciencia no reactiva para aceptar los pensamientos y emociones negativas para así lidiar con el estrés, la ansiedad y la depresión a través de la meditación y el autoconocimiento.

 

Resulta importante entender que la esencia de la procrastinación resulta del conjunto de emociones y/o sensaciones negativas y no realmente de productividad; por tal motivo, la solución radica en el cambio del manejo de éstas emociones.

 

Llevar a cabo la práctica de autoconocimiento a través de la atención plena, mejora tu capacidad para reconocer tus emociones y por lo tanto en ayudarte a controlar tu forma de reaccionar ante ellas. Vivimos en un mundo repleto de ruido interno y externo, así que busca escuchar tus necesidades, date un respiro, acepta la distracción como parte del proceso y regresa tu atención al enfoque principal.

 

Ya conoces la técnica, así que la siguiente vez que de manera consciente te percates de estar procrastinando, recupera el control y desplaza tu atención a la información relevante. Si regresa la tentación de tomar el teléfono para revisar las nuevas tendencias, mensajes o correos durante el estudio, presta atención a la necesidad que tiene tu mente de distraerse. No te culpes, busca la forma de enfocarte al presente y lidiar con soluciones para regresar tu atención al estudio. Recuerda distraerte con actividades que te motiven y que te hagan disfrutar tu tiempo. Agradece a tu cuerpo y mente, juntos han logrado alcanzar el lugar en el que hoy te encuentras.

 

¿Cómo dejar de procrastinar?

La facilidad de distracción con nuestro entorno y pensamiento nos hace olvidar en ser conscientes del presente y de la importancia del mismo en el desempeño de las actividades. La atención plena requiere práctica y búsqueda de herramientas útiles para recordar el por qué te propusiste ciertas metas y en el cómo buscas alcanzarlas. Enfatiza, haz consciente la tendencia a posponer las actividades y/o tareas en tu vida y logra desentrañar la razón por la cual lo haces; esto con el fin de buscar una solución al problema y seguir adelante sin culparte de cada distracción.

 

De manera intencionada, busca configurar recordatorios para mantener tu atención en un tiempo de estudio determinado. Programa alarmas cada cierto tiempo para recordarte dar pausas conscientes para distraerte y poder regresar al estudio mediante la atención plena.

La práctica de la atención plena ayudará a reconocer todo signo de procrastinación y así lograr desplazar de nuevo la atención al presente. 

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