Del exceso emocional a la comida: la realidad del médico #ENARM

comida consejos Jun 08, 2021

Por redacción de Dr. Vago

No es difícil imaginar la realidad en la que se desenvuelve el médico dentro de nuestro país: situaciones interminables de resiliencia, carga de trabajo y agotamiento continuo. Una vida recluida dentro de cuatro paredes rodeado de alarmas con cambios en los signos vitales, diagnósticos indescifrables y sufrimiento poco remediable. El médico solapa su propio malestar y sufrimiento para colocar en segundo plano sus necesidades básicas, así como su salud física y mental para la atención del prójimo. ¿Hasta qué punto el médico deberá satisfacer el máximo altruismo y filantropía de vida sobre sí mismo? 

 

Las ventanas de oportunidad para disfrutar del tiempo destinado para la comida, el sueño, vida social y para la actividad física se ven limitadas en las interminables jornadas de trabajo. El médico hoy en día vive poca aceptación dentro de una sociedad ensimismada en el crecimiento económico ya que se mantiene arraigado en el mundo del “eterno estudiante” mal remunerada.  

 

Es posible afirmar que el médico cree en su propia “inmunidad” al olvidar la importancia del autocuidado para un equilibrio físico y mental, mismo que se verá reflejado en la eficacia para la resolución de problemas.   A pesar de la conciencia de agotamiento continuo, el médico es capaz de encontrar salidas físicas y/o emocionales de situaciones precarias para lograr cumplir con más de 80 horas a la semana de jornadas de trabajo.

 

Hablemos especialmente de los atracones que vive el médico, así es, ¡atracones! ¿Te has puesto a pensar en la cantidad y calidad de los alimentos que consume el médico en su día a día? El comer en exceso y la creación de una dependencia emocional con los alimentos podría aparentar hacer frente a la vida ajetreada y estresante en la que se envuelve el médico. Discutamos también del ciclo vicioso interminable que se crea a partir del estrés de reconocer los malos hábitos alimenticios y nula actividad física con mayor ingesta de alimentos… ¿te reconociste en algún punto mencionado?

 

El comer por estrés puede ser una forma de darte a entender que te es difícil controlar emociones. Busca solucionar aquello que lo está ocasionando, mentalízate que eres tú quien debe afrontar la situación. Date unos minutos para reflexionar y buscar formas de resolver tus problemas.

 

Resulta imprescindible identificar de forma temprana si vives algún tipo de exceso de consumo alimenticio secundario a la ansiedad generada de la vida hospitalaria, así que aquí te dejamos algunos de los signos y síntomas:

  1. Antojos urgentes poco saludables basados en angustia y no en el hambre
  2. Fluctuaciones de peso
  3. Sentimientos de culpa y vergüenza por los hábitos alimenticios

 

La falta de estructura en el horario de la vida del médico es el principal catalizador para comer en exceso por lo que optamos por encontrar estrategias que interrumpan el hábito de comer por estrés, aquí te las dejamos:

 

  1. Empaca bocadillos saludables

 

Hazlo un hábito de tu día, te llevará a la planeación de tu alimentación saludable de manera consciente. Trata de comerlos a intervalos regulares para mantener tu energía y así evitar los temidos atracones.

 

  1. Bebe agua de manera constante

 

Ayudará saber que la deshidratación es capaz de hacerse pasar por hambre por lo que recuerda empacar botellas de agua y mantenerte hidratado. Así mismo, te recomendamos establecer alarmas y/o recordatorios en tu celular para tener presente la hidratación continua.

 

Trata de evitar la cafeína, bebidas energéticas y refrescos aunque sabemos que el médico crea una idea errónea de la importancia de su ingesta para mantenerse en vigilia durante las guardias nocturnas; sin embargo, una vida equilibrada y saludable te dará un mejor rendimiento en todas tus actividades. ¡Empieza a hacerlo poco a poco, reduce la cantidad de este tipo de bebidas hasta que seas capaz de consumirlas de manera irregular!

 

  1. Prepara tu almuerzo con anticipación

 

Es poco probable que desvíes tu alimentación hacia la impulsividad si planeas tu comida previamente. Encuentra tiempo para hacerlo, poco a poco lo transformarás en hábito.

 

4. Encuentra el equilibrio en el día

 

¿Te sientes estresado o angustiado con tu día? Reflexiona tu situación de sobrecarga emocional antes de sumergirte en un plato de comida y mentalízate que ese sentimiento no desaparecerá después del atracón. Busca analizar tus sentimientos desde su cimiento para ser capaz de identificar el problema y así lograr encontrar una solución.

 

Intenta buscar aquello que te falta mejorar para mantener una vida equilibrada en todas las áreas (mental, física y espiritual) para evitar arribar en callejones sin salida. 

 

  1. Reflexiona sobre tus elecciones

 

Cuando sientas la necesidad de comer, reflexiona si lo que requieres es consuelo o satisfacer un vacío. Haz una lista de los eventos desencadenantes de comer en exceso y busca afrontarlos uno a uno. El identificar los precipitantes y/o factores estresantes logrará conceptualizarlos para esquivarlos en el camino.

 

Tú, si tú, ¡predica con el ejemplo! Cuidarse a sí mismo, también ayuda a tus pacientes en la aplicación de una vida saludable. No dejes de darle importancia al autocuidado y a tu bienestar físico y emocional ya que será proyectado en tu salud y en el balance que desees en tu vida.

 

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